Òpera

El holandés errante: la iniciación de Wagner

01-05-2017

El Holandés Errante o Der Fliegende Holländer en el original alemán (también conocida en los paises latinos como El Buque Fantasma) vuelve al Gran Teatre del Liceu del 2 al 28 de mayo bajo la dirección escénica del cineasta alemán Philipp Stölz y la dirección musical de la ucraniana Oksana Lyniv. La obra se ha representado 86 veces en Barcelona, la última de las cuales fue en 2012. Fue el primer gran éxito de Wagner y, por muchas razones, es también la ópera ideal para quienes quieran iniciarse en el complejo y fascinante mundo del compositor alemán.

La obra, dividida en tres actos, desarrolla un libreto del mismo compositor basado en una leyenda nórdica que Wagner había leido en el libro del escritor judío Heinrich Heine: Aus den Memoiren des herren von Schnabelewopski (Les memorias del señor von Schnabelewopski), de 1831. Heine habla de un buque fantasma condenado (otra vez la “maledizione“, como en Rigoletto) a navegar eternamente por los mares. Su capitán, “el holandés errante“, juró por Satanás que navegaria hasta el dia del juicio final y Lucifer le tomó la palabra. La maldición solo se puede redimir por el amor de una mujer.
 
A la influencia del libro se sumó una experiencia personal del propio Wagner. Parece que, por deudas con sus bancos, en 1838 (también en aquella época pasaban estas cosas), el compositor tuvo que marcharse de la localidad prusiana oriental de Königsberg (ahora Kaliningrado, en Rusia) con destino a París a través de un complicado itinerario marítimo que atravesaba el estrecho de Skagerrad, entre Dinamarca y Noruega. Su buque se encontró en medio de una terrible tempestad que le obligó a resguardarse en el fiordo noruego de  Sandvika, lugar en que Wagner sitúa la ópera. 
 
Como hemos explicado, el holandés deberá vagar por los océanos por los siglos de los siglos y solo se podrá librar de este castigo si encuentra a una mujer capaz de amarlo. Por ello, cada siete años, nuestro protagonista hace escala en un puerto. Finalmente, la encuentra: está en un fiordo escandinavo y se llama Senta. Es la hija de otro capitán de barco, Dalan, hombre materialista que ofrece a su hija en matrimonio al holandés porque este le ha prometido colmarle de oro y joyas que almacena en su buque fantasma. El holandés es correspondido por la contradictoria Senta, quien, a su vez, tiene un grave conflicto personal: confunde realidad y ficción, niñez y adolescencia, y amor por el holandés y por su prometido, el joven Erik. Como puede intuirse, toda la trama acabará, como corresponde a un opera romàntica comme il faut, con la muerte de los personajes centrales.

Una obra para iniciarse en Wagner
 
La obra fue el primer gran éxito de Wagner, quien, hasta entonces, no había podido triumfar pese a su innegable talento. A partir de aquí vendrían otros muchos. Es una ópera ideal para los que quieren iniciarse en Wagner, ya que su argumento, aunque fantasioso, es relativamente sencillo y la duración de la obra es muy asequible: 2 horas y 20 minutos. En ella se detecta ya la ruptura con el pasado. Podemos definir la obra como una opera bisagra entre dos etapas: la de dominio italo-francés y la que inicia Wagner. 

Sin embargo hay un punto en el que Wagner mantiene el criterio de los autores románticos: el amor tiene un caràcter tan sublime que que no puede ser vivido en este mundo, ni tampoco consumarse físicamente. Su plenitud está reservada al Mas Allá, al que al menos uno de los enamorados irá a parar antes del fin de la ópera, lo que desencadena el dolor, la locura y, posiblemente, la muerte de su pareja.
 
La producción que veremos en el Gran Teatre del Liceu es una coproducción del Staatsoper Unter den Linden de Berlín y del Theater Basel. Estará codirigida por Mara Kurotschka y sus personajes serán interpretados por Selena Popovskaya y Anja Kampe en el papel principal de Senta; Albert Dohmen y Egils Silins como El Holandés; Attila Jun en el rol de Daland; Timothy Richards y Daniel Kirch como Erik; Itxaro Mentxaka en el rol de Mary y, finalmente, Mikeldi Atxalandabaso como el Timonel.

El holandés errante, Catalunya y Ava Gardner

Al margen de la temàtica operística, nos permitimos un último apunte curioso sobre esta opera, especialmente por su relación con Catalunya. Sobre el mismo argumento existe una película del año 1951, parte de la cual se rodó en Tossa de Mar. La película en cuestión se titula “Pandora y el holandés errante”. Si no fuera por la gran soprano dramàtica Anja Silja, bien podría decirse que la mas bella Senta de todos los tiempos fue Ava Gardner, en la cumbre de su carrera en aquel tiempo. Compartió protagonismo en el film con James Mason y el popular actor, poeta y torero catalán Mario Cabré.
 
La estancia de Ava Gardner por nuestras tierras fue todo un acontecimiento y durante la misma surgió el rumor de que mantenía un romance con nuestro  latin lover Mario. Verdad o mentira, lo cierto es que a los pocos dias apareció por nuestras tierras Frank Sinatra, casado en aquel momento con la diva, que se desplazó desde EEUU para controlar la situación. Como ven, el holandés daba y dará juego.



Fotos cedidas por el Gran Teatre del Liceu (A. Bofill)
 

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