Critica

El Trio Pedrell reivindica Gerhard

31-10-2018

El Ciclo de Cámara de L’Auditori acoge, el jueves 8 de noviembre a las 20:00h, el joven Trio Pedrell en un concierto que será grabado para reivindicar a dos figuras capitales del panorama contemporáneo catalán: el tortosino Felip Pedrell y uno de sus discípulos, el músico de Valls Robert Gerhard. Escucharemos dos tríos y un nocturno de la mano de Christian Torres, Ferran Bardolet y Jordi Humet.
 

El programa que presenta el Trio Pedrell en la cámara de L’Auditori es digno de consideración, y más si tenemos en cuenta este mal endémico de nuestro país, la tendencia a infravalorar o, simplemente olvidar, figuras que en otros países recibirían un reconocimiento más amplio y profundo. Es el caso de Felip Pedrell, compositor, pedagogo, musicólogo y crítico musical tortosino, líder del nacionalismo musical en Cataluña, o el de Valls Robert Gerhard, que fue su discípulo, además de serlo de Arnold Schönberg.
 
Pedrell (1841-1922) encarna la figura del modernista que mira hacia el norte para hacer revivir las raíces de nuestra casa. Compositor de música culta -sacra y profana- y popular, fue, junto con Jeroni Zanné, uno de los introductores más decididos del wagnerismo en Cataluña, creando la célebre y prolífica Associació Wagneriana. Autodidacta, como lo sería Arnold Schönberg, creó escuela, con una impresionante retahíla de discípulos como Enric Granados, Manuel de Falla, Robert Gerhard, Isaac Albéniz, Lluís Millet, Cristòfor Taltabull, Félix de Santos, Conrad Fontova i Planes y Antoni Noguera. A lo largo de su vida vivió en Barcelona -donde estrenó diversas obras- y en Madrid, Roma, París o Buenos Aires, y adónde iba se integraba de forma orgánica a la cultura musical del lugar de destino para reflejarlo, de forma más o menos explícita, en su obra, gracias a la realización de interesantes estudios musicológicos que lo llevaron a fundar varias revistas.
 
En Barcelona, ​​entre el 7 de agosto de 1890 y el 6 de junio de 1891, compuso una de las cimas de su producción, la ópera Els Pirineus, con texto de Víctor Balaguer y concebida como una trilogía wagneriana. Destaca también el opúsculo Por Nuestra Música, en la que expresaba sus ideales estéticos, además publicar sus interesantes artículos Músics vells de la terra en la Revista Musical Catalana (1904-1910) y de promover la creación del departamento de música de la Biblioteca de Catalunya.
 
La obra que presenta el Trio Pedrell del compositor del Ebro es el Nocturno-trío, op. 55, que bebe mucho de la tradición post-romántica germana. Una obra de gran elegancia y giros melódicos interesantes en que los tres instrumentos dialogan de forma proactiva, con una base de piano muy sólida pero, a la vez, con voz propia. La armonía es muy brahmsiana, un tejido sólido que se va desarrollando -con presencia del entwicklende Variation– y una melodía que se desarrolla de forma orgánica, logrando momentos de gran belleza.
 
Robert Gerhard, su primer y más célebre discípulo le dedicó, en 1918, su primera obra de cámara, el Trío en tres movimientos para violín, violonchelo y piano, estrenado el año siguiente en Barcelona. En esta obra se pone de manifiesto que ha pasado una generación desde Pedrell, con texturas mucho más complejas y sonoridades más modernas, sin llegar a la radicalidad, un momento estético que no logró nunca Gerhard y, además, todavía faltarían unos años en contactar con Schönberg. Es una de las obras de juventud del autor que aún no podemos catalogar de dodecafónicas como lo serán muchas posteriores. El compositor todavía estaba bajo la estela del post-romanticismo, aunque, en el pasaje central y al final de la pieza del Lento, la modernidad se manifiesta de forma plena por los enlaces armónicos poco habituales y la necesidad de expresar el nuevo, al tiempo que servía como vehículo para experimentar. El primer movimiento es enérgico, y el pasaje del piano solo y el posterior diálogo con el violín desvelan el gran potencial del artista como innovador, aunque el final del movimiento es bastante efectista. En el segundo, Íntimo, los instrumentos se repliegan y la sonoridad es mucho más cálida, con carácter esperanzador. Compases más allá, la sonoridad es más plena y expresiva, con vuelos arrebatadores que se van apagando para volverse, justamente, más íntimas. Del segundo trío, escrito en si bemol mayor, destacamos el tercer movimiento, Vif, por la vigorosidad que presenta y el carácter aparentemente disperso de los tres instrumentos en los primeros compases, con un piano que oscila entre la estridencia y la calidez, el frenetismo y la calma repentina, y un violín y un violonchelo que dibujan intervalos poco habituales, lo que aporta mucha frescura a la obra.
 
De madre alsaciana y padre suizo, Gerhard nació en 1896 en Valls, aunque desarrolló gran parte de su carrera en Inglaterra, donde se exilió después de pasar por Francia debido a la Guerra Civil. De hecho, moriría en Cambridge en 1970. Antes, sin embargo, sería fuertemente influenciado por Felip Pedrell y estaría bajo la maestría de Arnold Schönberg, con quien estudiaría en Viena y Berlin. También destaca la figura de Joaquim Homs como mentor, y entre sus obras destacan El alumbramiento maravilloso de Shéhérezade (1918), La Merope, Contrapunto: ballet en un acto Nr 2. Danse de la jeune fille y la ópera The Duenna, así como los dos primeros tríos que escucharemos en el concierto, que presenta un repertorio muy conocido por el Trio Pedrell (Christian Torres, violín, Ferran Bardolet, violonchelo y Jordi Humet, piano), una formación con la firme voluntad de recuperar repertorio de compositores catalanes del siglo XX, y que augura gran futuro.



Fotos: Trio Pedrell, Robert Gerhard

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Aina Vega Rofes
Aina Vega i Rofes
Editora
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