Recomendaciones

Kaija Saariaho y la música que acaricia el Cosmos

La obra 'Solar' (1993) de la compositora será interpretada por el Ensemble contemporáneo del ESMUC y el director Ernest Martínez Izquierdo en el Auditori

22-10-2020

El viento solar extiende partículas y plasma por el espacio haciendo que el campo magnético de este astro rey, el Sol, llegue hasta los confines de la Tierra. Se entrelazan así durante un breve periodo de tiempo, de entre una a seis horas, partículas de los dos campos magnéticos: las partículas solares vagan por la ionosfera chocando con las partículas terrestres, transfiriéndose energía de unas a otras . La explicación puede ser simplificada y enormemente esquemática, pero así es un poco como llegan los colores rojizos, azules y verdes a nuestros ojos cuando tiene lugar una aurora boreal en las regiones más cercanas a los polos de la Tierra. Y es también la teorización científica que fascinó a la compositora Kaija Saariaho, considerada uno de los compositores contemporáneos más exitosos de los últimos cincuenta años, para la creación de Solar (1993): la obra que interpretará el Ensemble contemporani de l’ESMUC, con Ernest Martínez Izquierdo como director, en el acto inaugural del curso académico 2020-21. Este se celebrará a las 12:30 del próximo 30 de octubre en la Sala 4 Alicia Larrocha del Auditori, donde, además de la obra de Saariaho, previamente podremos disfrutar de una lección en línea a cargo de la misma compositora finlandesa.

Retrat de Kaija Saariaho. Font: https://www.uniarts.fi/.

Saariaho es la coordinadora del Instituto de Investigación y Coordinación de Acústica y Música (IRCAM) de París, fundado el 1969 por el director de orquesta francés y pedagogo Pierre Boulez, y ha consagrado los cuarenta últimos años de su vida en la música, pero su formación académica se remonta a las bellas artes , lo que ha llevado a denominar su obra como «l’inspiration des images» por parte de varios estudiosos y académicos; entendiendo este «images» no sólo como artefactos visuales sino, también, metafóricos. Como ella misma afirmaría en una entrevista en la revista Revue des deux Mondes, «[s]u interés va hacia la poesía.» En este sentido, la obra del artista finlandesa abarca todos los campos de las artes, del verso al trazo, pero siempre con el denominador común de la Naturaleza. Su infancia en Helsinki la hizo mantener a lo largo de su vida un vínculo mucho más estrecho con el medio natural, que no sólo reencontraba en sus búsquedas intelectuales, sino también en sus composiciones artísticas. Así, muchos de los títulos con que bautizará sus obras serán nombres relacionados con el cosmos y los fenómenos naturales.

El poemario Oiseaux (1963) de Saint-John Perse y la prosa de Balzac, junto con la antigua concepción del cosmos como algo dual, formado por una capa terrestre y otra de celestial, es el sustrato sobre el que se edifica Solar. En primer lugar, por la textura propia de la obra con dos capas opuestas en cuanto a su timbre. Igual que las partículas solares contra las terrestres, estas dos capas musicales interrelacionan en el transcurso de los casi veinte minutos de composición. Los dos niveles, además, se asimilan a la teorización sobre el sonido de la misma creadora, quien nos habla en términos de «sonido puro» versus «ruido». Como ella misma establecería, «en un sentido abstracto y atonal, el eje sonido-ruido sustituirá la noción de consonancia-disonancia. Por lo tanto, una textura rugosa y ruidosa sería paralela a la disonancia, mientras que una textura lisa y clara correspondería a una consonancia.»

Como sus palabras dejan entender, esta «textura rugosa» no debe tratarse como un elemento complementario al «sonido puro»; ni tampoco de un término peyorativo o de una categorización para designar efectos sorpresa o especiales en la melodía. Es el otro rostro de la composición instrumental tradicional, y un rasgo distintivo imborrable de la obra de Saariaho, que también podemos seguir en muchos otros compositores de nueva creación actuales. De hecho, un elemento común en la mayor parte de la creación contemporánea musical es la utilización de dispositivos electrónicos, que son los más idóneos para aproximarnos a las nociones estéticas de Gaston Bachelard, absolutamente aplicables a Saariaho, de una música de la «inmensidad íntima». Como ella misma confesaba, la electrónica le permite investigar y experimentar con los sonidos y «conseguir los efectos acústicos que el espacio sonoro de las salas de conciertos no ofrecen».

Los conocimientos estéticos que Bachelard establece en La poètique de l’espace (1957) confluyen en Solar de Saariaho de una manera precisa y calculada pero fluida, mezclando la imagen poética y verbal con las posibilidades infinitas que obra la tecnología aplicada al terreno del sonido. Porque la Naturaleza, este «otro» evidente y primigenio que sólo es apreciable por el hombre en la medida en que se unifican todos los saberes y, por eso mismo, el medio más adecuado para hablar de ella es en la música. Por qué: ¿quién, si no ella, puede traducir la energía de dos campos magnéticos en colisión por unos momentos? ¿Quién se puede encarar, con plenas facultades y en perfecta simetría, ante el espectáculo mudo que es el Universo y decir algo?


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *