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La clásica en Francia con el COVID-19

28-03-2020

Francia decretó el estado de emergencia sanitaria durante un periodo de dos meses el pasado 16 de marzo, con medidas como el confinamiento de los ciudadanos y el distanciamiento social. Las principales salas de conciertos francesas se han visto obligadas a cancelar o suspender su actividad hasta nuevo aviso.

El coronavirus no entiende de fronteras. En el contexto de esta nueva pandemia global, que ha obligado a millones de personas a confinarse en sus casas, las principales salas de conciertos se han visto obligadas a tomar las medidas dictadas desde los gobiernos y, en los peores casos, a cancelar toda su actividad. De primera mano conocemos el caso de España o Italia, epicentro de la pandemia en Europa, pero Francia tampoco es la excepción.

La Opéra Garnier y la Opéra de la Bastille, el Théâtre de l’Athénée o el Châtelet son algunas de las grandes instituciones culturales de la capital francesa que se han visto obligadas a clausurar sus salas y a cancelar sus programas debido al coronavirus. A día de hoy, Francia ocupa la séptima posición en número de infectados a escala global, con un total de 25.233 casos en activo (según la Johns Hopkins University), unas cifras que son precedidas, en Europa, por Italia, España y Alemania, en este orden. Más allá de las cifras y los gráficos, es evidente que este virus afecta a la sociedad en su más íntima cotidianidad, que ha cambiado nuestra percepción del mundo y nuestros hábitos.

De esta manera, el gobierno francés, encabezado por el primer ministro Emmanuel Macron, decretó el estado de emergencia de salud durante un periodo de dos meses (incluyendo el confinamiento de los ciudadanos), tal y como informan medios nacionales como Le Monde. Además, se ha aprobado un “plan masivo de inversión” para hospitales, trabajadores sanitarios y equipamiento médico, además de ayudas económicas a trabajadores y familias. En este contexto de endurecimiento de políticas de contención se encuentran las principales salas de concierto francesas, encabezadas por París, donde la situación de crisis las ha obligado a adaptarse rápidamente al formato digital.

Sin embargo, gracias a la tecnología, el formato de retransmisión online a partir de plataformas como Instagram o Facebook Live es posible, y ya cuentan con un seguimiento bastante estable de espectadores desde casa. La Opéra National de Paris, en gestión de la Opéra Garnier o la Opéra de la Bastille, sigue una línea muy similar a las retransmisiones que ofrece L’Auditori de Barcelona y que pueden encontrarse programadas en su Facebook Live siguiendo  la etiqueta #LOPERACHEZSOI. A esta iniciativa se suma el Ballet de la Opéra de Paris con retransmisiones de grandes clásicos como el Lago de los cisnes de Tchaikovsky o, incluso, mostrando “Las métiers de la opéra” de sus producciones más aclamadas. Por otro lado, centros como el Théatre du Châtelet siguen la misma línea de ofrecer contenido online a partir de sus redes sociales. Ahí, sin embargo, se ofrecen opciones más variadas, que van desde documentales hasta entrevistas para todos los públicos.

Saliendo de la capital francesa, y mirando hacia el sur, en ciudades como Marsella o Niza la situación no difiere mucho de París. La Opéra de la primera no se ha pronunciado sobre las nuevas medidas del coronavirus ni a sus redes sociales ni en la página oficial, mientras que en Niza o Toulousse sus principales salas de conciertos como la Opéra de Niza Côte d ‘Azur han cancelado también sus programaciones de forma indefinida. Por lo menos, es precisamente esta institución la que ha habilitado con más contundencia el contenido online desde su perfil de YouTube o Facebook Live, colgando mayoritariamente producciones propias. Ciudades como Lyon, Nantes o Estrasburgo han sufrido la misma suerte así que, cada una a su manera, han adaptado los contenidos online que se pueden seguir en sus páginas web.

De hecho, son muchas las iniciativas personales de músicos y compositores que hacen frente al confinamiento desde casa. Por otra parte, Prodiss, el sindicato del sector privado de las artes escénicas y musicales anunció hace pocos días la creación de un importante plan de choque financiero para paliar las grandes pérdidas en el volumen de negocio del sector, altamente privatizado y que podrían llegar a unos 590 millones de euros en pérdidas por la total cancelación forzosa de la actividad cultural. Esta inversión “violenta”, en palabras del Centro Nacional de Música (CNM), en apoyo del Ministerio de Cultura, servirá como un fondo de emergencia para el sector de la música que espera revivir una vez solucionada la crisis del Covidien-19.


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