Critica

La ‘Serenata’ de Txaikovski, a la Cambra de L’Auditori

23-09-2018

La temporada de cámara de L’Auditori se abre el día 10 de octubre en la sala 2 Oriol Martorell con la Orquestra Da Camera. La concertino alemana Antje Weithaas será la encargada de dirigir la formación en un concierto con repertorio romántico y contemporáneo que, sin ser rompedor, aporta aire fresco a la escena catalana. Por un lado, interpretarán las Metamorfosis de Richard Strauss, las Variaciones sobre un tema de Frank Bridge, de Britten y la Serenata de Tchaikovsky.


 La Orquestra Da Camera, que cuenta con músicos de casa de alto nivel procedentes del Cuarteto Casals, el Cuarteto Gerhard, el Cuarteto Quiroga y jóvenes músicos catalanes que colaboran regularmente con orquestas internacionales, pone en marcha la temporada de Cambra de L’Auditori el día 10 de octubre. La Orquesta Da Camera nace para rendir homenaje a la Asociación Musica da Camera, fundada en 1913 y que, bajo la dirección de Pau Casals, contribuyó al poner a Catalunya en el mapa de las grandes orquestas internacionales. La concertino alemana Antje Weithaas será la encargada de dirigir la formación en un concierto con repertorio romántico y contemporáneo que encaja perfectamente con la tradición a la vez que incorpora una visión fresca -y femenina.
 
Por un lado, interpretarán las Metamorfosis, Estudio para 23 instrumentos de cuerda (TRV 290, AV 142) de Richard Strauss, una obra escrita en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial y fue encargada por Paul Sacher, el director y fundador de la Basler Kammerorchester y el Collegium Musicum Zürich, para conseguir que los nazis permitieran Strauss de viajar en aquellos tiempos de represión. La obra está compuesta por pequeñas ideas melódicas que se van desarrollando a lo largo de la pieza para expresar el dolor de la guerra, aunque la esperanza y el optimismo, representados por la tonalidad mayor, también encuentran cobijo en una página que cita Bach, Mozart y Beethoven. A pesar de su título, los motivos de la obra no se van transformando a lo largo de la pieza, sino que siguen un desarrollo sinfónico. Strauss estaba bajo el signo de Goethe cuando escribió esta obra, y su significado, que la convierte en una obra programática, se puede encontrar en esta cita del mismo artista: “El período más terrible de la historia de la humanidad llega a la su fin, después de doce años donde ha reinado la bestialidad, la ignorancia y la anti-cultura bajo el signo de grandes criminales, después de 2000 años de gran evolución cultural en Alemania”. La civilización más culta había perpetrado las monstruosidades más grandes de la historia, entrando en la barbarie.
 
También interpretarán las Variaciones sobre un tema de Frank Bridge, op. 10, de Benjamin Britten, que fueron escritas para el Salzburger Festpiele de 1937 y significaron la internacionalización del músico inglés. Basada en la obra Three Idylls for string quartet, Op. 6, No. 2 de Frank Bridge, la obra consiste en una introducción, el tema y diez variaciones, donde cada una de ellas quiere mostrar un rasgo de la personalidad de Bridge, reinterpretada bajo el prisma de la propia personalidad de Britten. En la obra encontramos ecos rossiniano, así como de Maurice Rael y Igor Stravinski. El intrigante inicio nos deja totalmente a la expectativa de lo que vendrá y de lo que nos quiere contar Britten. Después de un pasaje de contrastados agudos y graves, entramos en un terreno oscuro que se aclarará, poco a poco, con el lirismo del violín.
 
El concierto termina con la célebre Serenata de cuerda en Do mayor, op. 48 de Piotr I. Tchaikovsky (también llamada Suite para orquesta de cuerdas). Fue compuesta en 1880, en un momento de paz y serenidad, cuando el compositor tenía una relación epistolar con la rica y culta viuda Nadia von Meck, admiradora de su obra, que actuó como su ángel benefactor, tanto en el aspecto económico como en lo espiritual. Es una obra con fuerza expresiva, gracia y musicalidad que tiene un segundo movimiento (“Tempo di valse”) muy popular, basado en el mismo esquema utilizado por el compositor por los grandes ballets, aunque termina con un pianissimo que conduce al oyente al silencio necesario para el comienzo de la “Elegía”, el motivo de la que está construido sobre el pasaje ascendente de una escalera, crea una atmósfera no necesariamente elegíaca de la pieza.
 
En definitiva, un concierto para disfrutar de sonoridades coloridas y llenas de vida, con obras capitales del repertorio de cámara que nos transportan al umbral entre lo clásico y moderno.

Fotos: Antje Weithaas, Orquestra Da Camera
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