Cámara

Manuel Valls, más que un himno

Este año se celebra el centenario del nacimiento del compositor catalán

06-11-2020

El panorama mediático actual se llena de merengue televisivo. De figuras que tan pronto se expanden y empalagan con su azúcar glas como, fruto de su inconsistente composición, se cortan y desinflan hasta convertirse en un líquido de nada. Programas como La Voz y Operación Triunfo se llenan de artistas que, independientemente de su talento, después de un eco de altos vuelos, quedan presos por el pánico de quedarse como One-Hit Wonders. Nena y sus 99 globos rojos, Los del Río y su particular himno mariano, el Voyage Voyage de Desireless son algunos de los artistas que han sufrido esta curiosa maldición.

Pero no hay que limitarse a la música pop, Carl Orff, con su Carmina Burana, a pesar de haber desarrollado una prominente carrera operística, es quizás el caso más evidente de estas flores de un día. El Te Deum en Re menor de Charpentier encontró fortuna cuando en 1956 fue el elegido como el himno del Festival de Eurovisión. Justamente debido a que una pieza suya se convirtiera en un himno, el público general aún recuerda parte de la obra de Manuel Valls i Gorina.

Manuel Valls
El compositor Manuel Valls i Gorina

Estamos hablando de su mayor hit: El cant del Barça. El director de orquesta Antoni Ros Marbà explica que Valls, más conocido por sus amigos como Nani Valls, escribió el himno del Barça para que “el jurado se divirtiera”. Basado en un poema de Josep Maria Espinàs y Jaume Picas, se convirtió en el himno del FCB en 1974 tras celebrarse un concurso en el que participaron compositores de la talla de Mompou o Montsalvatge. Más allá del valor deportivo, la icónica pieza se convirtió en todo un símbolo por el hecho de representar ampliamente la nueva y diversa sociedad de la Cataluña de la transición.

Nació en Badalona en 1920, en julio hubiera hecho cien años, Manuel Valls fue mucho más que un himno, al igual que el Barça es más que un club. De hecho, en el mundo musical se le recuerda actualmente más por sus escritos musicológicos que por su música, pese sobresalir como compositor, periodista, profesor, activista y músico incidental. Estudió Derecho en la Universidad de Barcelona y al mismo tiempo se entregó a la música en el Conservatorio del Liceu y con la maestría del músico Padre Donostia.

Pese provenir de la alta burguesía catalana, su familia se arruinó cuando él sólo tenía quince años. Tras la muerte de su padre, posiblemente por el derrumbe de su opulenta forma de vivir, fue la madre quien tomó las riendas y crió al compositor y sus hermanos. Su entusiasmo, lleno de ironía y escepticismo, proviene, posiblemente, de esta situación que influyó en el joven Valls de por vida.

“Su entusiasmo, lleno de ironía y escepticismo, proviene, posiblemente, de la situación familiar que influyó al joven Valls de por vida”

Poco después de esta batacazo familiar, el gran fratricidio de la Guerra Civil supuso una estocada a la lengua y cultura catalanas, lo que despertó un sentimiento catalanista mucho presente en su obra. Como respuesta a este drama sociocultural, fundó en 1947 el Círculo Manuel de Falla en el Instituto Francés de Barcelona. La institución sirvió de refugio de los nuevos valores de la cultura musical catalana durante la posguerra, de perpetuadora de la vanguardia española y fue el lugar donde comenzó su gran amistad con el compositor Xavier Montsalvatge.

El compositor de Girona, Xavier Montsalvatge, fue un gran amigo de Valls

Aparte del inmenso impacto del Círculo, Valls desarrolló su activismo como miembro de la Sociedad Catalana de Musicología, como responsable de la sección de música en el Congreso de Cultura Catalana y como miembro de la junta consultiva de Òmnium cultural. También hizo divulgación como crítico musical en el diario El País en la edición catalana y fue director de las emisiones de la televisión pública francesa de 1971 centradas en música española.

El mismo Montsalvatge definía Valls como un “músico ecléctico” y destacaba “la aplicación precisa de la música al escuchar específico del elemento literario”. Machado, Espriu, Espinàs y Alberti son sólo algunos de los poetas con los que daba valor a la literatura moderna. A sus primeros años exploró las nuevas sonoridades disonantes de la vanguardia europea con obras como Estatua o Invocaré tu nombre (1943) de un estilo comparables con el del grupo francés de Les Six. Como muchos otros contemporáneos suyos, mezcló la modernidad con el nacionalismo y la canción folclórica catalana. Un hecho que se refleja en obras como Canciones sefardíes, para soprano, flauta y guitarra, que estrenó y popularizó la célebre Victòria dels Àngels, y la Suite canalla y sentimental para dos pianos compuesta en 1983, un año antes de morir, con la influencia de la música de las habaneras y valses populares.

El compositor Manuel Valls

En 1958, el badalonés escribió su primera partitura orquestal: los Estudios concertantes. El Concierto para guitarra y orquesta que data de 1965 y las Fantasías en forma de concierto para flauta y cuerda publicadas en 1980 completan una obra sinfónica mucho menos extensa y de la que nos ha quedado muy pocos registros.

Una situación que contrasta con la producción escrita, con más de cien documentos musicológicos publicados. Valls es el autor de libros de referencia como La música catalana contemporánea (1960), Música y sociedad (1966), Para entender la música (1979) y La música en el abrazo de Eros (1982). Este último representa a la perfección su actitud hacia la vida. Como Stravinski, creía que “la música por naturaleza no puede expresar nada concreto” y que debe colaborar con “la relación humana más entrañable, tierna, angustiada y profunda”. Un postulado que también expresa el libro La música contemporánea y el público (1967) con un “se le negará (a la música) el pan y la sal de ser un arte sustantivo?” Valls respondía a esta pregunta defendiendo un fin para la música trascendente, que fuera más allá de unas funciones estrictamente utilitarias.

Una estirpe de grandes nombres

En el ámbito de música incidental fue el encargado de la banda sonora de las películas como La ciutat cremada, Victòria i Companys y El café de la Marina de Sagarra, entre otros. También es coautor póstumo del libro Música y cine (1990) con el que indagó en el arte de poner música a la acción del séptimo arte.

La familia de Xavier Valls en París el año 1985 // Foto: Toni Catany

Una devoción que le une con uno de sus descendientes, el conocido crítico de cine Àlex Gorina. Aparentemente, el apellido Valls-Gorina lleva a la sangre dejar huella en el principado. Víctor Valls, hijo del compositor, es guitarrista y profesor del Conservatorio de Vilanova i La Geltrú, y el primo-hermano de Manuel Valls, era el importante pintor Xavier Valls. Xavier y Manuel eran hijo y sobrino del escritor Magí Valls y nietos del político Josep Maria Valls. El primo del compositor, Xavier, tuvo dos hijos, Giovanna y Manuel. Este último se trata, efectivamente, del político Manuel Valls, ex primer ministro de Francia y controvertido concejal en el Ayuntamiento de Barcelona.

Ironía y buen carácter 

Su fondo personal, en manos de la Biblioteca de Catalunya desde el año 2006, incluye una obra libre de estereotipos, diversa e impactactante. Asimismo, evidencia un hombre vital, sencillo, con una actitud apasionada hacia la vida y con un pragmatismo hacia la cultura que modeló tanto su vida como su obra. Quienes lo conocieron lo definían como un hombre divertido, afín a la música francesa y singular. Un artista multidisciplinar que llenaba de ironía todo lo que hacía, sin llegar nunca al sarcasmo ni la burla. Un personaje crucial para entender el imaginario de la música catalana de la segunda mitad del siglo veinte. Una figura influyente y abierta a la gente, que frecuentaba y aprovechaba los entreactos para conversar con el público melómano sobre cualquier tema, para compartir la alegría que supone la música en directo. De hecho, de estos momentos, llegó a escribir un libro: Entreactos de concierto (1973). Valls era uno de esos catalanes de mucha vida; de la buena vida. Con la “Colla dels dimarts”, en la que formaba parte el amigo Montsalvatge, compartían comidas, viajes, tertulias, bromas … que hacen pensar que, probablemente, Josep Pla hubiera podido dedicar uno de sus Homenots al protagonista de este artículo.

“Valls era uno de esos catalanes de mucha vida; de la buena vida”

Una exposición en ocasión del centenario de su nacimiento en la Biblioteca de Catalunya del 3 de julio al 5 de septiembre de este 2020 recordó su cautivadora personalidad. “Una alma alegre” que, en palabras del memorialista José Ortega Spottorno, ayudó perfectamente a dar a conocer “esta tierra catalana, bella y seria”.


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  1. Avatar Xavier Valls dice:

    Bon dia Pau
    Soc Xavier Valls fill d’en Nani. El fill d’en Monsalvatge m’ha fet arribar el teu article sobre el pare. Volia agrair-te el teu reconeixement a la seva figura. Crec que el teu escrit dona una idea molt propera a la personalitat del meu pare.
    Moltes gràcies
    Xavier Valls

  2. Avatar sikis izle dice:

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  3. Avatar sikis izle dice:

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Pau Requena
Pau Requena
Redactor
@RequenaPau