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Reflexiones sobre la creación femenina musical con Imma Trepat

09-03-2020

El domingo día 8 de marzo, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la pianista Imma Trepat hará sonar una de los pianos que el Concurso Maria Canals coloca toda la ciudad con obras de Amy Beach, Elisabeth Jacquet de la Guerre y Clara Schumann. Aprovechando la ocasión, nos encontramos con ella para hablar sobre mujeres, creación, música y sororidad, y os transcribimos la conversación.

Imma Trepat, una joven pianista sabadellense, dedica la gran mayoría de su repertorio profesional a las obras de compositoras de la historia, algunas más conocidas que otras. En los últimos años ha llevado la música para piano de Clara Schumann por todo el territorio, siempre acompañada de las palabras de la intérprete, que ayudan a entender la figura de la gran compositora germana.

 
Imma Trepat: Estudié piano en la ESMUC, y como todo el mundo, cuando me acercaba al final de los estudios tuve que prepararme tanto el recital como por el trabajo de final de carrera. En ese curso o en el anterior, ahora no lo recuerdo, tocaba la noveleta de Schumann, y estudiándola descubrí que una de las líneas melódicas estaba extraída del nocturno Op.6 de Clara Schumann, conocida como Clara Wieck antes de casarse. En adentrarme en la obra de ella empecé a enamorarme de ella, y a partir de ahí empecé a estudiar su figura y su obra. A través de ella empecé a descubrir diversos personajes femeninos vinculados a Clara, y aún hoy sigo descubriéndolos. En el repertorio curricular de ese entonces (y pienso que en el de hoy tampoco) no había ninguna obra escrita por una compositora, pero en proponer yo misma de incluir, nadie puso trabas, al contrario.
Mar Medinyà: Nunca te encontraste con ninguna figura académica que te propusiera tocar obras de mujeres, a lo largo de tu carrera?

IT: No, eso nunca. Fue mi propia curiosidad la que me llevó allí.
MM: Hace unos meses hablaba con una compositora joven que me contó la frustración que sintió, estudiando el superior en Barcelona, ​​rebuscando en la biblioteca, donde no hace falta decir que había una escasa representación de repertorio escrito por compositoras.
IT: Realmente sí. Cuando yo empecé a adentrarme en la figura de Clara, ni se me ocurrió ir a buscarla en la biblioteca del Conservatorio, fui directamente a internet. En todo caso, parece que este último año ha habido varios cambios (quizás debido a que hay una directora en la institución?) y que en ese respeto se han hecho diversas actividades relacionadas con la creación musical femenina.
En cualquier caso, el año pasado se celebró el bicentenario del nacimiento de Clara y no tengo constancia de que se hicieran demasiadas actos públicos en relación a esto.
MM: Se hicieron un par de conciertos, uno de ellos en el Auditorio, muy poco trabajado y obviamente para llenar cuota (debo decir que de la peor manera) y hace unos meses se hizo un acto conmemorativo en el Palau de la Música, con una orquesta que se estrenaba y unas cabezas de cartel 100% femeninas, cabe decir que fue un acto que se organizó de manera privada y externa al Palau.
IT: Pienso que todo lo vinculado a las mujeres creadoras (que es obviamente demasiado poco), parece ser anecdótico. Esta primera semana de marzo parece ser que todo el mundo se vuelve feminista, todo el mundo tiene la palabra igualdad en la boca, todo el mundo invita mujeres y habla de nosotras, pero luego se olvida; este fin de semana, por ejemplo, nos visita la directora de orquesta Simone Young, pero el resto del año parece que desaparecemos. Si las personas no creen en lo que dicen, cualquier acción se queda en la nada, en una simple anécdota. Todas trabajamos por la igualdad a principios de marzo, pero debería poder llegar a finales de año. Yo, personalmente, cuando he llevado mis proyectos artísticos a las grandes instituciones, me he encontrado con una cálida bienvenida y con respuestas muy positivas, siempre con el típico discurso de “sí, somos conscientes de la tarea tan necesaria de programar compositoras”, pero nunca termina cuajando.
MM: Yo menudo encuentro que, hablando con mujeres que hace años y años que son intérpretes y colaboran con orquestas internacionales, me dicen que nunca han podido interpretar obras escritas por mujeres.
IT: Efectivamente, las propuestas que cuentan con obras de mujeres son las más marginales. Parece que sea una idea radical el hecho de incluirlas. Es tan cómoda la tradición, es tan segura. Yo no pienso que deban dejar de programar los hombres canónicos, pero debe haber lugar para nosotras, también. Si las grandes instituciones no toman riesgos, quien los tomará?
MM: Al final parece ser que son los espacios más pequeños y privados quienes toman más riesgos.
IT: Pues si, yo hace un tiempo que tengo un proyecto con la soprano Marta Bonet, con quien hacemos un repertorio centrado en Pauline Viardot y Clara Schumann, y a menudo nos contratan en centros cívicos o ciclos de conciertos y espacios más íntimos.
MM: El debate sobre el papel de las instituciones en la recuperación de las figuras femeninas es largo y complicado. No es ningún secreto que las programaciones de las grandes instituciones van tirando y apuestan por el canon, que a menudo queda hundido en un timeline muy concreto y poco ancho, que de 1750 a 1890 y pico, y en el que obviamente no entran las mujeres.
IT: Los espacios pequeños suelen ser los más arriesgados en este sentido. Y al fin y al cabo, vayas donde vayas, la respuesta es siempre fantástica y el público queda encantado. La propuesta que tenemos con Marta Bonet ha recibido un feedback totalmente positivo, y la verdad es que es algo que nos hace ser optimistas. Ahora hay más gente que conoce Clara y Pauline.
MM: Aparte de tener una vida concertística muy activa, también eres profesora. Como tal, incluyes las compositoras dentro del repertorio curricular?
IT: En las escuelas donde he trabajado nunca he encontrado obras de mujeres incluidas dentro del currículo, pero si que las he tratado de incluir siempre que he encontrado la ocasión, y siempre con muy buenos resultados.
Hace un tiempo vi que en la lista de obras propuestas por las pruebas de acceso a los estudios superiores de música, había varias obras de mujeres, entre ellas obras de Amy Beach. Estuve muy contenta!
MM: ¿Y qué papel crees que tienen las instituciones académicas en esto?
IT: Pienso que parte del recelo a la hora de programar mujeres viene del desconocimiento. Es por eso que pienso que el papel de la pedagogía y las instituciones educativas musicales es totalmente clave. Los centros de estudios musicales son espacios donde una parte del alumnado será profesional pero la otra será amateur. Si se dan a conocer los nombres de las compositoras al alumnado, tendrás asegurada la presencia de un público que conocerá las iniciales de las compositoras tan bien como las de los compositores, y aparte de eso tendrás asegurada una buena parte de futuros intérpretes que conocerán el repertorio de las compositoras y es probable que lo incluyan en su propio.
MM: Muy buena reflexión! Si, de esta manera nos ahorraríamos las migajas que nos ofrecen a principios de marzo y tendríamos mujeres creadoras reconocidas y en acción todo el año
IT: Claro; te das cuenta también que, cuando buscas un poco, hay personas que tienen proyectos muy interesantes sobre mujeres creadoras, que no estamos solas! Estoy harta de ir a charlas y de escuchar narraciones de vidas de mujeres como si fueran novelitas de amor: fechas de nacimiento, muerte, vida y milagros. Siempre terminan con “fue una gran mujer pero tristemente la historia la ha olvidado” y yo pienso: muy bien, y qué la hace magnífica, qué la hace una gran mujer? Porqué no las estudiamos como estudiamos la música de los hombres, como si su música no fuera “menor” o “femenina”? Porqué no tratamos este repertorio tan magnífico escrito por compositoras como se merece? No es un repertorio más fácil, ni más simple, sencillamente es más desconocido.
MM: Es realmente triste la poca amplitud del repertorio que se programa en Barcelona … ya que la cronología es tan concreta y estrecha, se podría ampliar la cuota de género, como mínimo.
IT: Hay una especie de tótems o pilares en torno a los cuales parece que vamos dando vueltas, y no nos damos cuenta de que olvidamos una riqueza increíble. Yo, como intérprete, creo que es un tesoro poder descubrir repertorio que se ha tocado – y grabado – tan poco. El peso de la tradición académica es gigante, y cuando se trata de los pianistas aún lo es más: es un alivio poder encontrar piezas y figuras desconocidas, piezas libres de versiones totémicas o de versiones “de referencia”. El hecho de que las obras de mujeres no sean objetos de veneración hace que, al menos para mí, sea del todo valioso colocarme en un espacio nuevo y libre creativamente. Yo no sólo toco repertorio de mujeres, pero encuentro que es con ellas con quien más me despliego creativamente.
MM: Bonita reflexión.
IT: Hay mucho trabajo por hacer. Cuando hablamos de mujeres como Clara Schumann o Elisabeth Jacquet de la Guerre, hablamos de mujeres que en su época eran referentes, mujeres que la gente buscaba e iba a ver. Como es posible que hoy nadie las conozca?
MM: Esto demuestra que la historia no es neutral, y que quien la escribe lo hace de manera sesgada.
IT: Qué tristeza. Toda la información que se ha perdido por el camino … Es imprescindible investigar sobre el otro 50% y su producción cultural a lo largo de la historia.
MM: Lo que pasa es que si los hombres no se interesan por lo que nosotras podamos hacer o reivindicar, no parece que llegamos a ninguna parte. Al fin y al cabo son ellos los programadores, los jefes de prensa, los gestores y los directores. Es muy bonito rodearnos de mujeres y crear sororidad, pero si ellos no suman, nos quedamos a medio camino.
IT: Realmente, aunque la red de mujeres del ramo es lo suficientemente grande y la comunidad es fuerte, es verdad que se mueve en un ámbito de acción que tiene poca repercusión, sobre todo institucional.
MM: Parece ser que realmente en el mundo de la clásica, las mujeres somos una minoría. Hay muchos colectivos de mujeres profesionales relacionados con el audiovisual, con arquitectura y también con la música, pero estas en concreto están más especializadas en la música moderna. Las mujeres clásicas quedamos un poco al margen de todo, pero claro, el mundo al que pertenecemos es tan retrógada que es casi imposible hacernos un sitio.
IT: En el mundo de la clásica hay mucho trabajo por hacer, no se facilita el acceso a la creación femenina, ni se encuriosece al público; no se tratan nunca temas de feminismo ni por tanto se incluyen mujeres en programaciones, repertorios, etc.
MM: Es imprescindible un cambio de paradigma. Hace demasiado tiempo que las mujeres de la clásica hemos quedado relegadas a un segundo plano, tanto en la creación, como en la crítica, como en la producción … Vendrán tiempos mejores.

Fotos: Sergi Panizo


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