Critica

Xerrada inaugural a L’Auditori: la música per a fer-nos millors persones

18-10-2018

L’Auditori inauguró el pasado lunes 8 de octubre la temporada 2018 hasta 2019 con un diálogo entre el director de orquesta Jordi Savall, el pintor Frederic Amat y el ensayista Ramón Andrés. La pregunta “¿Qué es la música?” tomó varios caminos: la música como consuelo, la música como experiencia física, la música como tiempo … El diálogo no terminó sin la reivindicación por parte de los ponentes de la importancia de la música en la sociedad actual.

“Me gustaría que mi obra sea un poema musicado por un pintor”, decía Joan Miró. Con tan pocas palabras, Miró capta las fuertes conexiones entre literatura, música y pintura, y la posibilidad de que trabajen juntas, tomando elementos la una de la otra. Frederic Amat, que ha ilustrado la programación de esta temporada del Auditori con su pintura abstracta, comenzó la charla inaugural del Auditorio señalando como, durante el siglo XX, se rompieron las barreras que separaban las diversas artes e impedían que se tocan entre ellas.

Pero de entre estas artes, la que protagonizó la reflexión inicial fue la música, ya que hablaban dos enormes expertos en la materia: Jordi Savall, prestigioso director de orquesta, músico y musicólogo, y Ramón Andrés, estudioso de la música con muchas publicaciones analizando profundamente varios artistas. ¿Qué es, pues, la música? La música nos cura y nos “da esperanzas”, dice Savall. “A veces la necesitamos”. Las canciones religiosas más dulces que se pueden encontrar, según Savall, son los requiems, y los pueblos que producen una música de mayor calidad son los pueblos perseguidos.

Una de las características que distinguen la música del resto de artes es su fugacidad. “La música es un recorrido en el tiempo, mientras que la pintura es materia, no cambia con el paso del tiempo”, dice Amat. La música es inmaterial y fugaz, sólo la podemos disfrutar en el instante que la estamos sintiendo. “Justo por eso, porque la música es tiempo y se acaba, sólo nos acordamos de la que nos emociona”, dice Savall. “El resto, lo olvidamos”.

Si bien la música no es materia, tiene un vínculo esencial con lo físico. Tras la música está el ritmo de los pasos, el balanceo de las extremidades, el latido del corazón … La raíz originaria de este arte es lo que vivimos con el propio cuerpo. “Somos música”, exclama Andrés. Nuestros movimientos, al igual que las melodías, crecen y decrecen, cambian de intensidad como los compases de una partitura. La reproducción instintiva de lo que experimentamos es lo que nos ha llevado, eventualmente, crear música.

El papel de la música en la sociedad actual queda limitado y condicionado por medidas políticas. Los tres ponentes han puesto sobre la mesa el declive de las humanidades y la cultura en la actualidad. “Hemos perdido la ciudadanía y nos hemos convertido en clientes. Ahora decimos que 'consumimos música', ya no 'lo escuchamos “, reivindica Andrés. Savall recuerda como sus padres, al saber que él quería dedicarse a tocar el violonchelo, el insistían en que había que “ganar la vida”. “Pero si no la ganas, la pierdes por todos lados!”, Exclama Andrés. Mientras el ex ministro Wert decía que había que sacar la música de las escuelas “porque distrae”, Jordi Savall sostiene que la música nos toca el alma y nos hace mejores personas. Que las sinfonías de Beethoven estaban creadas para despertar y cambiar el mundo. Como también decía Joan Miró, “si la cultura no sirve para mejorar la vida de las personas, no tiene sentido”.

Fotos: cuadro de Frederic Amat por L'Auditori, los tres ponentes en la charla inaugural
 

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