Audio del Mes

El Audio del mes. Núria Giménez Comas

'Tierra, polvo, tumba', memoria histórica para cuarteto de guitarras

01-08-2020

Este mes de agosto ponemos una nueva melodía en nuestro caluroso verano. Dedicamos nuestro ‘Audio del mes’ a la obra para cuarteto de guitarras Tierra, polvo, tumba, de la compositora catalana Nuria Giménez Comas, una pieza de raíces telúricas que recuerda a las víctimas de la Guerra Civil. El Aleph Guitarrenquartett lo estrenó en 2019 en el marco del Festival Mixtur de Barcelona.

En esta obra acústica, el sonido de la guitarra y su vigorosidad se contraponen con la muerte inerte de las víctimas de la guerra española, especialmente aquellos que no han tenido sepultura o bien los restos de los que ni siquiera se han encontrado. Tierra, polvo, tumba habla de la materialidad que queda después de toda una vida espiritual arraigada a la tierra.

Se trata de una obra escrita y dedicada al cuarteto de guitarras Aleph, que se basa en un gesto que hace de motor principal de la obra. Los rasgos se apagan, mientras los cambios de timbre y los gestos pasan a ser completamente silenciados. Estos elementos están siempre presentes en las dos partes de la pieza, con una primera parte rítmica y sonora, que es sucedida por un pasaje progresivamente más lírico y expansivo que deja espacios de resonancia con momentos de más y menos vigorosidad hasta que el sonido se extingue de forma orgánica. La pieza se extiende como una especie de travesía por diferentes paisajes, que se metamorfitzen a través del gesto del instrumento dibujante texturas fluidas que intentan desarrollarse pero que son sofocadas por arañazos en las cuerdas, vertidas en un final abierto.

El elemento musical predominante en esta obra, que aporta mucha energía y carácter, a la vez que lo acerca a la música popular española, es el tratamiento del rasgueado, una técnica musical guitarrística que implica no sólo el sonido, sino también el gesto, silencioso , pero carismático y virtuoso. Se trata de “rascar” en un gesto rítmico rápido y ágil arriba y abajo de la cuerda, muy característico del flamenco que ayuda a arraigar tanto temporalmente como espacial la obra, una manera de hacer vibrar todas las cuerdas con todos los dedos, que abren como un abanico. De este modo, el gesto se convierte en un elemento muy interesante y, en el transcurso del viaje sonoro, también se produce una progresión visual llena de contrastes entre la simplicidad y la complejidad. Recomendamos que, adicionalmente al audio que caracteriza nuestra sección, vea este vídeo, donde la tierra evoca piojos y el pulso invoca las tumbas de los que yacen junto al mismo dictador que les ordenó ejecutar.

Tierra, polvo, tumba presenta pasajes muy ruidosos, mientras que otros son más tranquilos y silenciosos, con una percusión profunda y resonancias, pero muy atractivos, especialmente cuando la melodía es rubato o presenta glissandi y hay juegos tímbricos. Encontramos una clara referencia a la Nana de Manuel de Falla, y una de las estrategias más potentes que se presentan detrás de la composición es la voluntad de crear un espacio polifónico.

La compositora Nuria Giménez Comas habla más de evocación que de homenaje en un ejercicio de memoria histórica tan necesario como transformador motivado, precisamente, por este hecho tan brutal como el de mover los restos de Franco del Valle de los Caídos en el cementerio de Mingorrubio-El Pardo (Madrid). El motivo que alegaba el gobierno para la reinhumación es que se situara el cuerpo del dictador donde no pudiera ser glorificado.

Partitura de ‘Tierra, polvo, tumba’

‘Treize couleurs du soleil Couch’, Tristan Murail

Esta obra para flauta, clarinete, piano, violín y cello es una de las primeras obras para electrónica en vivo de Murail, que inaugura la técnica de la ‘modulación en anillo’ en una situación electroacústica. La forma de la obra se puede reducir a 13 intervalos generadores que interpretan la flauta y el clarinete. El modulador calcula las frecuencias adicionales y diferenciales y enriquece el sonido de las cuerdas. El objetivo de la modulación es crear sombras en ciertos pasajes transicionales entre secciones, a menudo para anunciar o doblar los sonidos tocados por las cuerdas. En esta obra, el autor desarrolla los conceptos de premonición y prolongación de un complejo de sonidos.

‘La mer’, Claude Debussy

Se considera ampliamente como una de las obras orquestales más importantes del siglo XX. Es una obra maestra de la sugestión y la sutilidad en su rica descripción del océano, que combina una inusual orquestación con encantadoras armonías impresionistas. Se podría considerar la primera obra que tiene una forma «abierta» – un devenir sonoro o «sucesión sonora … un proceso de desarrollo en el que las numerosas nociones de exposición y desarrollo coexisten en un estallido ininterrumpido». La descripción que Debussy hace del mar evita la monotonía a través del uso de multitud de representaciones del agua que podrían ser clasificadas como onomatopeyas musicales, que evocan la sensación del zarandeo de las olas y sugieren el chapoteo de las pequeñas gotas de aerosol en caer.

‘Orfeo’, Claudio Monteverdi

Influenciado por Euridice, de Jacopo Peri, Monteverdi deja de lado el barroquismo medieval y da paso a la monodia acompañada. El libreto de su “favola in música” permitió al compositor trazar toda una gama de intensidades dramáticas y entretejer en la rica variedad del acompañamiento orquestal formas musicales antiguas y nuevas y consiguió una síntesis estilística, resumen de todo lo mejor de la música profana vocal de su época. La voz de Orfeo será la precursora de las ‘arias de bravura’ del Barroco italiano, y la obra presenta el recitativo dramático de Peri y Caccini, la rítmica insinuación de la chanson francesa, la tradición polifónica del motete y el madrigal, las florituras de la línea vocal y el cromatismo y la disonancia de las más avanzadas prácticas.

‘Nocturne no. 1 para piano ‘, Gabriel Fauré

La obra pianística de Gabriel Fauré es una de las más destacadas del fin-de-sciècle francés, caracterizada por una contención y un retención clásicos que huyen del virtuosismo per se. Aaron Copland describía los nocturnos como obras con “intensidad en un fondo de calma” y, efectivamente, el primer nocturno para piano del autor francés es una pieza lírica y apasionada, a veces angustiada o completamente elegíaca en la que, a pesar de todo, las emociones no acaban de estallar nunca. La melancolía que desprende esta obra es un recuerdo para las víctimas del Coronavirus, pero también a los muertos de la Guerra Civil que reivindica Nuria Giménez Comas en Tierra, polvo tumba, nuestro Audio del mes.

El audio que podemos escuchar se grabó el día 1 de julio de 2020 en Kubus, en la ZKM de Karlsruhe, bajo la dirección del técnico de sonido Sebastian Schottke.


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  1. Avatar Jose M. Bisbe I Fabregas dice:

    He quedat molt impressionat per aquestes obres que la Núria ens ha recomanat He gaudit molt.
    Ho agraeixo
    “Tierra, polvo y tumba fa posar la “pell de gallina”, es de un gran dramatisme.


Aina Vega Rofes
Aina Vega i Rofes
Editora
ainavegarofes